Con un aspecto poco amenazante y que recuerda más bien al de una papelera, AnBot es capaz de buscar explosivos, armas y estupefacientes, así como de sujetar a detenidos con una garra metálica o incluso inmovilizarles con una descarga de corriente eléctrica.
Sus diseñadores aseguraron al diario que el robot policial patrullará pronto en lugares públicos sensibles como los arriba mencionados, y responsables del Ministerio de Seguridad Pública confirmaron que están "muy interesados" en AnBot, cuyo precio por unidad podría rondar los 100.000 yuanes (15.000 dólares).
El robot puede moverse a una velocidad de hasta 18 kilómetros por hora, patrullar durante ocho horas seguidas, y está dotado con cámaras de reconocimiento facial.
Ante la posibilidad -aún lejana- de que policías robotizados patrullen las ya actualmente muy vigiladas calles chinas, algunos expertos han matizado que será necesario un constante control de estas máquinas por parte de seres humanos.
"En la vida real, podrían no funcionar adecuadamente sin ser guiados por un líder humano", señaló al respecto el experto en inteligencia artificial Shi Zhongzhi, quien defiende la robotización de la seguridad pública pero aboga por que esta no sea total.
Más críticas ante la idea se muestran organizaciones de derechos humanos como China Human Rights Defenders, que alertaron sobre el uso político que podrían tener estos policías robotizados en un régimen sin libertades como el chino.
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