 FRANCIA. Europa trabaja a contrarreloj en el Ariane 6,
 un nuevo cohete espacial de 70 metros de alto con la que aspira a 
rebajar los costes de lanzamiento y así competir con empresas privadas 
como SpaceX.
FRANCIA. Europa trabaja a contrarreloj en el Ariane 6,
 un nuevo cohete espacial de 70 metros de alto con la que aspira a 
rebajar los costes de lanzamiento y así competir con empresas privadas 
como SpaceX.
"Tendremos la misma calidad y fiabilidad que con el Ariane 5 actual, 
pero reduciremos los costes a la mitad", declaró Alain Charmeau, 
presidente de Airbus Safran Launchers (ASL), compañía formada por la 
europea Airbus y la francesa Safran para fabricar la nave espacial. El 
primer vuelo de prueba está programado para el 2020.
Charmeau, que cuenta con un presupuesto de "unos 3.000 millones de 
euros (aproximadamente 3.420 millones de dólares)" y un equipo de 8.000 
trabajadores para hacer realidad su cohete, se dirigió a los medios de 
comunicación durante una visita a las instalaciones en París donde se 
integrarán las piezas del nuevo cohete espacial.
Desde allí, el Ariane 6 se trasladará en barco hasta
 el Centro Espacial Europeo de Kurú, en la Guyana Francesa, que trabaja 
ya en la nueva rampa de lanzamiento.
El primer objetivo del cohete consistirá en abaratar el acceso al 
espacio respecto a los 150 millones de euros (unos 170 millones de 
dólares) por disparo del Ariane 5, según la prensa especializada y a 
falta de información oficial.
El Ariane 6, que ofrecerá una versión con dos 
propulsores (Ariane 62) y otra con cuatro (Ariane 64), será innovadora 
en la manera de trabajar, explica Charmeau.
Por ejemplo, sus partes se integrarán horizontalmente, lo que reduce 
el coste de los edificios de producción y facilita una visión de 
conjunto del proceso de fabricación respecto a la verticalidad de la 
planta del Ariane 5.
Según explicó el director general de la Agencia Espacial Europea 
(ESA), Jan Worner, la idea no es desarrollar nuevas tecnologías sino 
elegir las mejores que ya se utilizan en sectores como en 
el aeronáutico y el automotriz.
Así, el Ariane 6 se apropiará del motor Vulkain, 
desarrollado para una actualización de su predecesor, y del motor P80 
del Vega, el pequeño lanzador que Europa estrenó en el 2012.
Otra llamativa novedad será la impresión en 3D, que permitirá 
reemplazar rápidamente piezas específicas que requerirían cientos de 
horas de trabajo en fábrica, y que se hará un hueco importante entre los
 grandes elementos del motor de propulsión líquido.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
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